sábado, 8 de septiembre de 2007

8 de Setiembre, 2007

Hola, aquí estoy!

Un poco cansada por el alboroto de la semana, pero ya es sábado y además los veré a todos por la noche: una reunión de seres de colores y yo, seguro brillaremos mucho y reiremos incansablemente. Se llenará mi mente de imágenes y buenos recuerdos para toda la semana.

He preparado muchas cosas sabrosas para comer, incluso Isabella me ha ayudado con el postre! Comerás algo dulce con alas de mariposa, con un montón de risas adentro y miles de preguntas, -te imaginarás-, hablamos de todo mientras lo hacíamos y ella puso todas sus expectativas en ese dulce, es algo así como una creación mágica.

Esta mañana me ha llegado la noticia de en las próximas horas seré tía nuevamente. Mi cuñada está en el hospital junto con mi asustado hermano preparándose psicológicamente para dar ese gran salto, ese que salto a un abismo de eterna hermosura. Qué maravilloso momento de fuerza y luz, un alumbramiento que llena una sala. A pesar del dolor es el momento más hermoso de una mujer, llegas a tocar el cielo con tus manos y estas viva.

Creo que yate lo había dicho lo dichosa que soy de tener en mis manos a dos seres brillantes y hermosos que curan mis heridas sin saberlo y que me abrazan tan fuerte que llenan cualquier espacio vacío de mi corazón.

Otra semana que se ha ido, mañana por si no lo recuerdas es el Día del Niño, un día más para muchos. Mi tía sigue celebrándolo para nosotros aunque estemos ya creciditos y con retoños. Nos hace galletas, dulces y nos llena de golosinas como si fuéramos pequeños; la verdad es que nos sigue viendo como el grupo de duendecillos que invadíamos sus jardines y regábamos cuanto encontrábamos por sus pisos, un conjunto de traviesos y risueños diablillos que en grupo resultábamos peor que separados. Por Dios cuántas travesuras le hicimos a nuestra querida tía, sin contar con las barbaridades que le hicimos a mi abuela, que paciente recogía y nos volvía los ojos; y los destrozos a los jardines y a las plantas de mi abuelo, que nos prohibió entrar al “cerco” una vez que jugamos de cocinar con sus orquídeas y flores exóticas… Qué tiempos aquellos, no fue hace tanto pero ya los niños no se divierten como lo hacíamos nosotros.

Pues te contaré después como estuvo la celebración y qué memorias vinieron a nosotros, tendré mucho que decirte seguro.

Sigo esperando entonces con ansia la llegada de Katerina (mi sobrina bebé) y pues que venga la noche y verte llegar a conectarte con mis ojos a contarme algún secreto que traigas dentro.

Sal.

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