sábado, 20 de septiembre de 2008

Sigo siento "mi´jito"

Yo tengo 40 años y sigo siendo "mi´jito" para mis papás! Y me hace sentir bien, como protegido, como importante.

Te imaginás en un mundo que no cambia de ninguna manera, no crecés, sos un niño eterno como lo es Peter Pan, pero con la diferencia que es por gusto de tus papás y no por gusto tuyo.

Algunas veces me siento ridículo cuando me llaman así frente a mis amigos, pero otras veces les agradezco tanto, sobre todo cuando me siento vencido y agotado, cuando el cansancio de salir bien ante el mundo se hace insoportable. Con ellos puedo sentirme pequeño, puedo sentirme abatido, puedo sentirme incompetente, puedo sentirme yo, sin tener la necesidad de demostrar (ni siquiera a mi mismo) que soy un triunfador.

Mis papás seguirán siendo mis papás por la eternidad, quizás ya no tenga necesidad de pasarme a su cama en la noche, pero al menos podré pasar por su casa cuando tenga ese vacío enorme en mi pecho. El calorcito de los viejos en inmejorable, a pesar de las peleas y las diferencias de opinión con mi viejo, su fuerza también me alienta y cuando se junta con la de mi vieja, es como alcanzar la gloria.

Es maravilloso ser el niño chiquito.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Los gelatinosos

El título es tuyo sí, pero de ambos la historia por lo visto.

Muchas veces me pregunto que hacías vos, mientras yo era chico y me divertía a mi manera. Me pregunto también, como serías durante tu escuela, mientras yo bregaba con la mía.

Como sería verte de estudiante y como sería verte de hermano, de travieso, de hijo, de inventor. Yo se como era yo. Sé como me divertía y como sufría. A lo mejor sufrimos al mismo tiempo, a lo mejor nos reímos de las mismas cosas y a la vez, pero nunca lo supimos.

Por eso me divierten tus historias, pero me divierten más cuando tus viejos se involucran porque es como escuchar a los míos contando la misma situación.

No sé si es que todos los niños son iguales, pero yo prefiero asumir que vos y yo, fuimos siempre el uno para el otro; desde chicos, no crees?

Los gelatinosos fue tu juego de viaje con tus hermanos, los míos y yo no le teníamos nombre, pero jugabamos igual y sufríamos igual. Yo desde mi perspectiva de hermano menor y vos desde la tuya de hermano mayor. Que curioso, cierto? A lo mejor vomitábamos al mismo tiempo, quien sabe.

Muchas veces tuve que verte y vos a mi, pero muchas veces nos ignoramos hasta el día en que tuvo que sembrarse la semilla que daría paso a la cosecha de veinte años después. Pensaste en ello alguna vez? Yo sí, muchas.