Que me envuelvo en emociones y permito que se me llene el alma de pensamientos que se hacen sueños, de esos que se duermen... En sí, es un poco aprendido esto que te estoy diciendo, me sumerjo en lo que siento, lo tomo todo tan profundo, tan mío, tan urgente, tan humano.
Por las noches, eso que vivo regresa transmutado... pedazos de vida regresan una y otra vez, cambiando de colores, de forma y aveces hasta de personajes. Se abre el libro de mi mente, me pongo a flotar entre todo aquello que he vivido: algunas veces bello otras veces horribles pesadillas que me transtornan el sueño.
Otras veces las junto todas, las experiencias, y paso de la risa al llanto en momentos; todo en aquel mundo de los sueños.
Pierdo la calma, porque tantas veces no estas en ellos... Pierdo la calma porque otras más te das la vuelta y yo no camino... Pierdo la calma porque no sé jugar muy bien con el destino y me atormento.
He perdido la cordura mil veces, cada vez que llame tu nombre y todas las otras que me trajo el viento.
Me he levantado por las mañanas tantas veces sin ningún recuerdo, otras más llenas de miedo y otras tantas con los sueños que he soñado, con los recuerdos que he vivido, conociendo el pasado y sin ese miedo a caminar, a la soledad, a los momentos que se han ido; dándome cuenta que sigo siendo la misma.
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