jueves, 1 de noviembre de 2007

Cómo atrapar el tiempo en las manos!!!


Una cosa es vivir la vida asi no más, de corrido; como sin hacer pausa ni para respirar, porque respirar es automático. Otra muy distinta es vivir la vida con brincos de un lugar a otro, de un tiempo a otro.

El tiempo no es igual bajo ningún parámetro con el que se mida, es distinto siempre y yo soy cada vez más conciente de ello. La mayoría de las veces me quedo con él y juego, lo invito a tomar una tasa de mis propias emociones y le ofrezco un pastel de tristezas mezclado con alegrías. Y me lo dejo, lo observo como quien analiza a un amigo íntimo.

Algunas otras veces, el muy descarado juega conmigo; no siempre me invita de buena gana, más bien me hace las peores escenas porque se cansa de mi, se frustra conmigo y entonces me usa, me hace jugar a su antojo, me hace rebotar contra las circunstancias. Me infla el Ego y luego, sin aviso previo, lo deja caer desde lo más alto de su propia capacidad hasta lo más bajo de la mia.

Yo mido mi tiempo en semanas, en semanas que pasan de acá para allá. Paso mi tiempo como buscando un rincón en donde descansar a mis anchas y me doy cuenta que no uno, así como no tengo tiempo propio tampoco. Es como situarse en ningún lugar, en ningún momento, en ninguna situación y toda esa nada se apodera de mi. Me quedo vacío y observo.

Sin tiempo y sin espacio, acumulo más cosas vividas de las que puedo guardar. Y como si mi memoria a corto plazo no pudiera almacenar tantas cosas que entran por mis oidos y ojos, por mi olfato y por mi boca y por mis manos; se quedan atrapadas las sensaciones como en un témpano de hielo que se deshace en mi garganta y llega el fin de semana y exploto.

Es solo abrir un espacio entre mis labios y empiezan a salir todas las sensaciones, todo el cúmulo de historias, cuentos, angustias y amores en una sola palabra que parece no terminar; en un segundo, como si fuera el último, quiero deshacerme del morral que llevo conmigo cada vez que me alejo de un pesado caminar y te cuento. Quiero contarlo todo al mismo tiempo, como si quisiera asegurarme de que no quede carga conmigo..., dos días después, regreso a cargar nuevas formas, colores y sabores para utilizar nuevamente un tiempo tuyo con cosas mías.

Es cómo si pensara que no me fueras a escuchar más, entonces me gasto las palabras y solo así, nuevamente te escucho y te dejo utilizar el tiempo en tus cosas; escucho tus cuentos que tanta falta me hacen y me recargan, me forman, me hacen crecer.

Gracias por escucharme, gracias por detenerte un segundo para saber de mi.

2 comentarios:

Sal dijo...

lo dijiste super bonito!!!
Es eso...

pimienta dijo...

a mi me pasa igual que a vos, solo que sin el desplazamiento ...

a veces extrano los viejos tiempos, otras veces todavia mas.

wo ai ni !!!