martes, 5 de febrero de 2008

La gran revelacion


A ver si entendí bien... Algo así me dijiste la otra noche, tratando de explicarme las diferencias entre hombres y mujeres; que me dices que aunque este siempre rodeada de masculinos mi condición completa y efectivamente femenina domina del todo mi vida; qué triste!!! Pero me consideras demasiado mujer para ser hombre y demasiado femenina para poder cambiar mi forma de ser; aunque si aceptas que no soy una mujer común. Soy más de lo normal y menos que demasiado!!! y me dices: - Sos más inteligente que la mayoría de las “bonitas”-. Esto es un halago viendo de ti, que vives sumergido en tu mundo de inteligencia y perfección.
Y la verdad es que me aburren las chicas, yo por ejemplo aunque me arregle las manos no voy contando que lo hice y no es lo más importante del mundo lo que leí en la última revista Cosmo –aunque si a veces la lea-; solo que, definitivamente y eso no puedo negarlo, tengo el gen de los zapatos, que no es que sea algo absolutamente femenino pero si se encuentra más de nuestro lado genético, a acepción de algunos chicos de esos que conocemos claro!!!!!
Bueno, me tratabas de "gurudizar" un tanto mi vida, un poco de revelación con sentido del humor, por supuesto (eso nuna falta entre nosotros). Me explicaste algo acerca de mi obsesión por los zapatos, por calzar siempre los pies perfectos… O sea el asunto es algo así como un complejo de Cenicienta muy inconciente que se vino a vivir conmigo sin que yo se me diera cuenta y esta manipulando mi existencia!! Jajajajaja…
Corrígeme si no me queda tan claro como tu me lo explicaste… Tienes todo el derecho de volver a escribirlo en caso de que no haya tomado en consideración todos los puntos y reflexiones al respecto.

“Para cada pie hay un zapato perfecto, es ese que no lastima, ese que es particularmente querido, ese zapato que hace que las cosas salgan bien, ese increible zapato que hace que te sientas extremadamente cómoda y feliz.
En la búsqueda del zapato X conoces miles de zapatos de diferentes colores, estilos, diseños, tacones y tipos… Todos ellos están ahí para enseñarte que NO son tu zapato perfecto, pero igual lo calzas y muchas veces, aunque duelan, insistes en usarlos aunque no sean cómodos solo bonitos!! y ese es un mal femenino más común de lo que crees."
Entonces llegué a la conclusión de que tu teoría Cenicentezca es acerca de este zapato perfecto.
Veámosla a continuación:
Cenicienta no calzó jamás tantos zapatos como lo hacemos las mujeres modernas, ella incluso no tenía zapatos (aunque si Disney la dibujó con mocasines negros, que no existían en esa época he de decirles). Simplemente no podía tener zapatos porque era la criada de su casa y en ese tiempo solo las señoritas, señoritos, señoras y señores tenían ese derecho. Pero en fin, lleguemos al grano del asunto, el día que ella calzó por primera vez las zapatillas de cristal que le regaló su maravillosa hada madrina – yo necesito una hada así- y eran tan perfectas que la cabrona bailó toda la noche con estos zapatos de vidrio y no se le hicieron ampollas, y conoció a su hombre perfecto…
Pero ahí no termina la historia: zapato perfecto = hombre perfecto?
Cenicienta bailó y bailó toda la noche (qué ahogo!!!) y conoció a este super sexy, cotizado, guapo y millonario hombre que se enamora de ella instantáneamente y queda prendido de su belleza y su encanto. Llegando a este punto, era así la historia Javi?
Entonces la hipótesis es: Debes encontrar el zapato perfecto para encontrar a tu hombre ideal?
He de explicar que parte de la magia sería perder el zapato en la escalonada salida y hacer que vuelva a vos, porque perder una zapato de ese calibre debe ser una verdadera tristeza!! Pero hay que hacer además que regrese con todo y hombre, que sea él quien te lo ponga y no quien te lo quite, como ya estamos acostumbradas.
Ah, pero seguramente te cuestionas la misma cosa y tenes la misma pregunta que yo te hice: Qué pasaría si mi zapato perfecto fuera una bota? Cómo hago para perderla en el camino de regreso y que la recojan y me la lleven de vuelta? Jajajajaja!!! Pues la respuesta fue muy clara:
-Nada de botas, estamos hablando de calzado, zapatillas que sean perdibles, zapatos que te queden bien solo a vos, que a las otras no les quede y que se quejen de dolores inhumanos pero a vos te calzan de maravilla como si anduvieras almohadillas en los pies en lugar de tacones número 10…
Será por eso que cada vez que veo un par de tacones tengo que probármelos? Será que estoy esperando a que mis zapatos mágicos aparezcan y me traigan consigo a un príncipe encantado?. Entonces, aunque cueste de aceptar, será que todas las adictas a los zapatos todavía creemos en cuentos de hadas todavía?
Menos mal que me dio por buscar príncipes entre zapatos Aldo Conti y no me dio por hacer lo de la Roberts en Pretty Woman!!!! Sin ánimos de ofender por supuesto!!!!
Te digo una cosa, tengo la esperanza de encontrar al mío pronto… porque ya no me caben los zapatos en los armarios…

2 comentarios:

wílliam venegas segura dijo...

Para encontrar el zapato perfecto, uno tiene que estar muy seguro de la talla. Saludos.

Butterfly dijo...

Curiosamente desde el 2006 tengo un blog q se llama azucapimientaysal:) este año borre sus anteriores entradas y emepce de nuevo.
Me gusto mucho tu espacio..que sigan los sabores!

saludos